¿Recuerdas la última vez que limpiaste la nevera?
Seamos sinceros, la mayor parte de las neveras jamás han pasado por una limpieza en condiciones. Y esto es preocupante. Si no mantenemos nuestro frigorífico limpio acabará estropeándose, por no hablar de los malos olores y las papeletas que tenemos de sufrir una intoxicación alimentaria, que aumentan al mismo ritmo que la suciedad de la nevera.
No está de más, recordar qué pasos se deben seguir para dar brillo y esplendor a nuestra nevera:
1. Apaga la nevera
Como es lógico, mientras limpies la nevera tendrás que tenerla abierta, así que antes de empezar desenchúfala. Si no lo haces consumirás un montón de energía de forma innecesaria.
2. Vacíala y tira todo lo que no necesites
No te engañes, nunca jamás vas a consumir ese medio limón que lleva dos meses en la nevera, y si lo haces probablemente acabarás con diarrea. No seas conservador: tira absolutamente todo lo que pueda estar en mal estado, así como las cosas que llevan pululando demasiado tiempo. Mientras te pones manos a la obra, deja los alimentos que vayas a conservar en una nevera portátil con hielo o, si son pocas cosas, pídele a tu vecino que te las guarde.
3. Lava las juntas
Quizás no has lavado las juntas de las puertas de tu nevera en tu vida, y así están. La mayoría de gente no se da cuenta de la porquería que se acumula en las gomas, que acaba por pudrir estas. Es probablemente la zona de la nevera en la que acaba juntándose más porquería, por lo que deberías al menos pasar una bayeta por ellas una vez al mes. Utiliza agua con vinagre para limpiarlas a fondo. Y frota, frota mucho.
4. Quita los estantes y cajones y límpialos
Cuando la nevera y el congelador estén vacíos saca todas las baldas y cajones y lávalos. ¿Con qué? En realidad, basta con agua caliente y jabón, aunque también puedes usar una disolución de agua con vinagre o un producto de limpieza comercial.
5. Limpia el interior
Ahora que la nevera está vacía procede a lavarla bien por dentro. Para eliminar los malos olores vierte dos cucharadas de bicarbonato de sosa en un litro de agua caliente y frota todos los rincones del frigorífico con un trapo limpio empapado en la mezcla. Seca con otro trapo limpio y seco o con papel de cocina, y vuelve a colocar las baldas y cajones en su sitio.
6. Limpia el exterior
Sí, el exterior de la nevera también debe limpiarse. Aunque no esté en contacto dinero con la comida, la grasa de la cocina se va a acumulando y toda la porquería acaba en las juntas. Quita los imanes y postales que has ido pegando y utiliza de nuevo la disolución de vinagre para dejar todo brillante.
7. Descubre la bandeja de drenaje
La mayor parte de la humanidad no sabe que, en la parte más baja de la nevera (en la mayoría de modelos), existe una bandeja que recoge los líquidos que desprende ésta, y que se va llenando de porquería año tras año. Y sí, da mucho asco. Para acceder a ella quizás tengas que retirar la parrilla situada debajo de todas las neveras. Utiliza guantes y lávala con la disolución de vinagre o si lo prefieres con lejía, pues esta parte no va a entrar en contacto con los alimentos.
8. Limpia la parte trasera del frigorífico
Es posible que nunca en tu vida hayas visto la parte trasera del frigorífico. Pero existe, y también tienes que limpiarla. Las bobinas acumulan muchísimo polvo que hay que retirar de vez en cuando si queremos que el frigorífico funcione correctamente.
Una vez que hayas seguidos estos sencillos pasos, ahora podrás presumir de que, por fin, has limpiado tu nevera como es debido.
Cocinova Cocina