Cocina de Carnaval
Vivir la fiesta del Carnaval no es solamente enfundarse el disfraz, proveerse de serpentinas y confeti y contar con buen humor y deseos de pasarlo bien. Para la celebración de la fiesta en su integridad, has de contar en tu mesa con platos típicos de lo más sabrosos que ayudarán, como dicen en Cádiz, a que te metas en el tipo. Si no te pasas, claro está…
Tiempo para la relajación
El Carnaval es ese periodo previo a la Semana Santa, un tiempo más sobrio y serio, donde se llama a la pureza del espíritu a través de hábitos concretos, según la tradición cristiana. En Semana Santa se proponen retos personales que ayuden a la meditación y, por extensión, al fortalecimiento de los valores. Un ejemplo es el no comer carne los viernes durante la Cuaresma, ese periodo que discurre entre el Miércoles de Ceniza y el Sábado de Pasión, de 46 días.
Hace tiempo, cuando esos retos personales eran aún un dogma que seguía la mayor parte de la población, ésta necesitaba estar preparada para afrontar la etapa. Por eso nació el Carnaval, la fiesta de la libertad, la mejor previa a ese tiempo de restricciones.
La carne como protagonista
Si la carne se convierte en «el fruto prohibido» durante la Cuaresma, aunque solo sea los viernes, se le atribuye un gran protagonismo en la cocina de Carnaval, en la que no existe la abstinencia. Coincide además con una época en la que terminaban las tradicionales matanzas.
El Farcit de Carnaval, por ejemplo, es típico en Cataluña. Se trata de un embutido preparado con carne magra, panceta, careta y estómago de cerdo, pan, huevos, pasas, ajo, perejil, sal y pimienta.
Y es que la cocina de Carnaval guarda relación con la comida típica de cada lugar. Así pues, en Galicia es típico el Cocido do Entroido, que se prepara con lacón, jamón, gallina, ternera, tocino, chorizos, repollos, patatas, garbanzos y sal, entre otros ingredientes y según los gustos de quien lo prepara. Todo un homenaje, y más si es regado con el producto del dios pagano Baco, al que sí se puede «alabar» en Carnaval.
Frutos del mar en zonas costeras
Mientras en las zonas de interior o de sierra la carne de caza y los productos que se elaboraban tras las matanzas adquirían el máximo protagonismo, en otros lugares es del mar de donde se extraen los manjares típicos de la cocina de Carnaval.
En Cádiz capital, que es todo un templo carnavalero, no faltan los erizos de mar ni los ostiones en jornadas que dan el pistoletazo de salida a la fiesta, que en primera instancia se celebra en el Gran Teatro Falla, para pasar luego a la calle.
¡A los ricos dulces!
Si bien los dulces se permiten también durante la Semana Santa, la cocina de Carnaval ofrece sus propios postres.
Las tortillas de Carnaval, por ejemplo, son típicas de Canarias, mientras que las filloas dulces lo son en Galicia, al igual que las orejas de Carnaval. De toda la geografía es la rica leche frita.
¿Has tomado nota? ¡Disfruta de la fiesta en todos los sentidos!
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