Cocinas en paralelo o 2 frentes: ventajas y desventajas
A la hora de distribuir una cocina se tienen en cuenta las zonas principales de trabajo, esto es, el área de almacenamiento, el de lavado y el de cocinado. Son muy habituales y prácticas las que son en línea, pues encajan bien en multitud de espacios, pero las cocinas en paralelo también tienen sus ventajas.
¿Cómo son? ¿Por qué gustan? ¿Podrían encajar bien en tu estancia? De eso nos ocupamos.
Cómo son las cocinas en paralelo
Las dos líneas se colocan frente a frente en los lados opuestos del espacio, repartiendo bien las zonas de trabajo. Es habitual concentrar en uno la zona de lavado y la de cocinado, es decir, horno y microondas, placa, campana y fregadero en la misma línea, este último más retirado. Enfrente se coloca la línea con artículos para almacenar, como el frigorífico, congelador y más muebles.
Vendrán bien en las estancias que tienen un ancho suficiente, de manera que una vez colocadas las líneas quede 1,20 m o más para poder moverse. Tampoco debe haber demasiado espacio entre zonas para ir de una otra con facilidad y rapidez. Más allá allá de los 2,70 m no resultaría cómodo.
Ventajas de la cocina en dos frentes
Vienen bien en cocinas con bastante ancho entre paredes, de unos tres metros. Eso incluye a los espacios que integran cocina y salón, donde además la segunda línea actuaría como elemento separador sin crear excesivo impacto.
Dejan espacio suficiente para que trabajen varias personas sin molestarse y, al no tener rincones como las cocinas en L o en U, son más fáciles de limpiar. Tampoco son difíciles ni caras de instalar, así que se erige como una buenísima opción cuando el espacio lo permite.
Las cocinas en paralelo, como cualquier otra, necesita un estudio exhaustivo de viabilidad. Se trata de exprimir tanto como se puedan sus ventajas y minimizar las posibles desventajas, como la incomodidad que generaría un espacio excesivo entre frentes. En Cocinova estaremos encantados de asesorarte.