Las secadoras domésticas pueden ser de condensación o de evacuación. Muchos consumidores no conocen realmente cuáles son las diferencias entre estas dos tecnologías, simplemente aceptan de buen grado las innovaciones en el sector.
Las secadoras de evacuación ya están cayendo un poco en desuso. Estas funcionan tomando aire del exterior e introduciéndolo en el aparato, donde es calentado con la resistencia para pasar al tambor. Allí se apropian de la humedad de la ropa desecándola y posteriormente se expulsa de nuevo el aire al exterior. Este último punto es muy relevante, porque siempre es necesaria una salida de aire.
¿Secadoras de condensación o evacuación: cuáles son mejores?
Las secadoras de evacuación son, actualmente, menos populares que las de condensación. Su funcionamiento consiste en calentar el aire que se produce dentro del electrodoméstico mediante una resistencia y transformarlo en vapor de agua.
Los modelos más antiguos que responden a esta dinámica hacán caer el vapor a un depósito que tocaba vaciar periódicamente. Por suerte, las secadoras más actuales se conectan a un tubo de desagüe para ahorrarse ese proceso.
Las secadoras de evacuación son más económicas en términos generales, pero tienen la contrapartida del consumo de energía. Y en la situación actual de los precios de la energía, parece poco sensato tener electrodomésticos poco eficientes.
Por otra parte, las secadoras de condensación cada vez ajustan más sus precios, lo que hace posible una rápida amortización en la diferencia de inversión. El debate actual no está tanto en si es mejor una secadora de condensación o evacuación, sino si es mejor una de condensación o con bomba de calor.
La innovación en los electrodomésticos camina siempre hacia obtener aparatos que sean más eficientes en el apartado energético y de consumo. Si las secadoras de evacuación caen en desuso es porque han aparecido nuevas tecnologías que mejoran sus prestaciones.