Fundir chocolate es más fácil que nunca
Conseguir un postre en el que haya que fundir chocolate y que tenga la apariencia soñada que tienen los postres de los programas de cocina o las publicaciones en las redes sociales es realmente complicado. Y eso por no hablar de la cantidad de utensilios de cocina que hay que limpiar después.
Fundir chocolate, aunque parece una preparación sencilla, tiene sus trucos, y a continuación vamos a comentar algunas particularidades de los dos métodos más utilizados para ello: el baño maría y el microondas. Un matiz importante, los dos métodos no son igual de efectivos ni llevan el mismo tiempo de trabajo.
Fundir chocolate al baño maría frente a hacerlo en el microondas
El baño maría es el método más aconsejado porque es un método muy suave y de cocción indirecta que hace que sea muy difícil estropear el producto. Con el microondas, al fundir el chocolate es posible que se queme ya que el calor es directo y hay que estar pendiente en todo momento de la cocción.
Normalmente para fundir chocolate al baño maría se utiliza un cazo o un bol específico que se introduce en otro cazo más grande con agua hirviendo. Al fundir chocolate al baño maría es importante tener cuidado con la altura a la que se llena el cazo, ya que al empezar a hervir podría saltar o desbordarse.
Otra alternativa para fundir chocolate al baño maría es utilizar una manga pastelera que soporte temperaturas medias-altas, sin que sobrepase el agua los 50º. Es una alternativa rápida para hacer el trabajo de repostería más cómodo. Llenamos la manga de chocolate en trozo, la introducimos en una olla y en unos 10 minutos tendremos listo el chocolate fundido y preparado para decorar postres, rellenar tartas o utilizar el chocolate para lo que deseemos.
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