El acero inoxidable es un material que está presente en mucha cocinas, tanto en muebles como en electrodomésticos. Sus propiedades: resistencia, bajo mantenimiento y durabilidad explican por qué tiene tanto éxito.
Sin embargo, estas características no evitan que un mal uso de muebles y electrodomésticos impida su desgaste. Hoy os mostramos el truco definitivo para limpiar el acero inoxidable y mantenerlo en buen estado.
Una simple bayeta, agua caliente y jabón
No hace falta comprar un producto específico para limpiar el acero inoxidable. Con una simple bayeta de microfibra y aplicando agua caliente y jabón conseguiremos buenos resultados. Eso sí, hay que repetir esta acción a diario.
En caso de que las manchas sean ya más contundentes y con la bayeta no logremos el efecto deseado podemos probar con una esponja y frotar de manera más intensa. Importante, no debemos usar estropajos ni productos en polvo con gran efecto, pues estos dañan la superficie del material.
Si las manchas siguen ahí incluso frotando con la esponja, tampoco hay que preocuparse en exceso, pues un buen limpia cristales va a ayudar a reducir la suciedad. Ojo, tras pasar este producto hay que limpiar y secar bien, pues de lo contrario pueden quedar manchas y que la cocina quede más sucia que antes de proceder con la limpieza.
Estos pequeños trucos son suficientes para limpiar el acero inoxidable. No obstante, a pesar de que si está limpio y bien mantenido su desgaste es menor, el paso del tiempo es un enemigo imbatible que se muestra, por ejemplo, en la pérdida de brillo.
Para este proceso también hay solución. Pasar un poco de aceite de oliva ayuda a que recupere su brillo, o acudir al mercado y comprar ceras especiales. El truco del aceite es sencillo, untar en la bayeta y frotar por toda la superficie. A continuación tocará esperar unos 20 minutos y retirar el exceso de grasa con un paño húmedo o papel de cocina.