El fregadero es un elemento esencial en la cocina. A veces no se le da la importancia que realmente tiene, y cuando eso ocurre, la estancia pierde capacidad de atracción, porque pueden generarse malos olores, no hay suficiente equilibrio estético o puede producirse un deterioro muy acelerado de esta superficie. Vemos con detalle cuál es el mejor material para un fregadero.
Fregaderos de acero inoxidable
Son fáciles de limpiar y por tanto muy higiénicos. Un buen cuidado asegura mucha durabilidad, pero tienen dos puntos débiles: se rayan con facilidad y acumulan manchas de cal. No obstante, estas se pueden eliminar con facilidad.
Fregaderos de gres o cerámica
Son duraderos y muy resistentes, perfectos para las cocinas rústicas. También son fáciles de limpiar, pero la variedad de modelos y formatos es más reducida. El precio es más elevado que otras opciones.
Fregaderos de materiales sintéticos
Los fregaderos de resina son muy resistentes al rayado. Son una alternativa muy popular al acero inoxidable. No retienen tanto la cal y ofrecen una alta sensación de limpieza. Además, hay innumerables diseños y colores disponibles. Ofrecen una buena resistencia a los cambios térmicos y a los golpes. Muchos expertos consideran la resina como el mejor material para un fregadero.
Fregaderos de cristal
Su aspecto más reseñable en lo positivo es que dotan a la cocina de mucha elegancia. Son resistentes a la cal y el rayado, pero muy delicados frente a los golpes. Si no usas mucho el fregadero y tienes cuidado al manipularlo, es una buena opción.
Fregaderos de mármol o granito
Otra opción que destaca por su resistencia a los goles y al rayado. Se elaboran a partir de piedra natural, pero tienen la contrapartida de que no son fáciles de mantener y su precio es más elevado.