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La armonía y la gracia, combinadas con la sencillez, distinguen a una elegante cocina de aquella que no lo es, y habla del buen gusto de sus usuarios. No hablamos de cocinas excesivamente refinadas, sino de espacios sumamente útiles y cómodos que, además, consigan hacer de la estética su seña de identidad más evidente a simple vista.

Las claves para una cocina sofisticada

Una cocina elegante es la que opta por colores neutros fácilmente combinables entre sí, que juega con binomios siempre certeros como el blanco y el gris.

Es la que consigue llevar el aspecto estético a la máxima expresión sin la necesidad de recurrir a dorados y similares, sino que se limita a jugar con formas y volúmenes a lo largo de sus superficies.

Estas, además, son eminentemente lisas. Predominan rectas y ángulos en busca de la sobriedad, y porque dan sensación de amplitud. Pero para terminar de encontrar ese efecto que genera lo amplio es necesario dotar al espacio de luz, tanto la principal que da homogeneidad como la que alumbra en zonas específicas.

La elegante cocina de una pareja de maireneros

La instalación de esta cocina en Mairena del Alcor ha terminado con un resultado de lo más sofisticado, o eso nos parece. La pareja que ya la disfruta quería ir a lo seguro, tener la certeza de que el tiempo y el dinero invertido en su cocina iba a derivar en buena dotación y disposición. Quisieron ponerse en buenas manos y obtener un asesoramiento integral.

Esta elegante cocina es el modelo Milano en blanco polar, combinada con uñeros en color titanio. La encimera es porcelánica, el modelo Pietra di Piombo de Neolith.

La campana es el modelo Stripeen de Elica en cristal negro, los electrodomésticos Electrolux y la zona de agua es Franke. Y es que una cocina fina debe ser también de calidad.

Tener una elegante cocina es cuestión de ponerte en manos profesionales, para el asesoramiento, el diseño y la ejecución del proyecto. Esta pareja de maireneros lo tuvo claro, ¿y tú?

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